Pero descubrir entre las zarzas la sangre en las manos, el pálpito en el alma perdida. Un sentir menos gratificante entre ese Sol y esos colores del alba; ya lejanos intentando mantener el sueño. Deambular sin concierto en las notas del destino; ser parte orquestada de la paritura, sin saber, sin intuir. Es aún más triste pero mas llevadero, quien conoce ese sentir...