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lunes, 14 de noviembre de 2022

Miradas en el metro

 Relato rescatado de la web Enfemenino.com


Tenia prisa, pero se tomo su tiempo, se duchó se arreglo cogió su mochila y subió al metro.
A su lado un hombre extraño. se dio cuenta que la miraba.
El trayecto era largo y las paradas se sucedían lentamente una tras otra....
Le miró y sus ojos se encontraron. Algo ocurrió en su interior, se sintió admirada y sus ojos se encendieron de curiosidad y llenaron de vida.
Las estaciones continuaron su camino, la adrenalina corría por sus cuerpos.
Ella le lanzó una mirada puramente femenina y luminosa.
El parecía ahora nervioso, ella también.
El tiempo se congeló unos instantes y estalló.
Todo el universo gritaba para que se produjera la magia del contacto.
Las gentes del metro, absortas en sus teclados, no escuchaban aquella llamada, aquella música que empezaba a orquestarse.
Se tocaba el pelo nerviosamente y esperaba de nuevo la mirada complaciente e interesada del hombre.
Ahora se dio cuenta de su cercanía y le pareció ver una luz en sus ojos al volver a cruzarse sus miradas.
La música de la vida estaba sonando fuerte.
De repente su parada.
El metro se detiene y se agacha a recoger su mochila, puede ver como la mira interesado, pero ya las puertas se abren.
La música se detiene y el metro retorna su trayecto..
Estaban hechos el uno para el otro y no se conocieron.
La música se fue apagando, mientras se dirigía a la salida se sentía mejor
y al mismo tiempo decepcionada.
El hombre la miró salir y suspiró.
(C) Ángel (publicado en la web En femenino ) 2014

miércoles, 28 de abril de 2021

Juventud, droga y psicodélicos. Mini paridas

 



Son las tantas de la noche en un pueblecito montañoso. Mas concretamente en el grandioso Pirineo. Cerca de Nuria. El pueblo de unos escasos 300 habitantes se muestra, y es acogedor. Al encontrarse a medio camino de la estación de Francia. Dispone incluso de un pequeño Pub donde se hacen pizzas.  Carretera arriba se encuentra el pueblo. Calles angostas y empinadas. Piedra en el suelo, piedra en las laderas. Maderas que han adquirido por el paso del tiempo aquella pátina de respetabilidad. Aquellos cafés con leche de vaca recién ordeñada. Alquilábamos una especie de granero acondicionado con camas y baño. Creo recordar que pagábamos por día unas 200 pesetas o menos. Nos llamaban los hippies de Barcelona. Puesto que nos pasábamos el día fumando marihuana. Siempre que íbamos al pub o al bar del pueblo, se nos acercaban los lugareños a hablar con nosotros. Nos sentíamos muy a gusto y queridos por aquella gente.  

Siempre me ocurre al mirar la noche límpida de contaminación lumínica, sentir una sensación de vértigo ante la visión de tal cantidad de estrellas. Tan solo una vez tras haber tomado LSD autentico, al mirar el cosmos inundado de estrellas, en lugar de sentirme caer. Me sentí como parte de todo aquello. Que equivocados cuando pensamos que la tierra es nuestro mundo. Nuestro mundo es todo lo que nos rodea. No podemos subir a una nave e ir a otro mundo. Podemos ir a otro planeta.  

Las experiencias psicodélicas en sí mismas tan solo permiten asomarse a una ventana. Y esa ventana ciertamente ofrece vistas muy poco usuales. Pero quiero recalcar que nada da nada por nada. No por tomar x sustancia se es mejor. O se llega más lejos. Integrar experiencias excepcionales deben conducir a buscar en aquellos conocimientos acumulados a lo largo de la historia.   

Hoy en día existe información, sobre todo. Y los jóvenes siguen consumiendo sustancias sin estudiar qué cosa toman. Fuman porque todos lo hacen y así va la cosa.  

Yo empecé a leer a Burrough y primero a Baudelaire. Luego leí psiquiatras que hablaban de lo malas que eran las drogas. Y después la enciclopedia. Antes no existía internet. Ante tal disparidad de conclusiones. Por ejemplo, en la época de 1970 se podía comprar en la farmacia de todo y sin receta. Y digo de TODO repito. Así pues, decidí probar que efectos tendrían en mí.  

Con 18 años y sin conocer a nadie del mundillo, lo tenía muy mal para comprar algo. Yo deseaba tomar LSD en aquella época. Sin embargo, lo primero que probé fue el hachís Libanes.  

Fue una experiencia débil la primera vez. La tercera vez ya me pego fuerte. Y de nuevo a la biblioteca a buscar. Así estudie los hongos y las plantas psicotrópicas del mediterráneo, donde cabe destacar las solanáceas. No la patata no. La Belladona o mejor el Beleño.   

Como un camino iniciático tras muchas experiencias trascendentes de lo cotidiano; y sus respectivas preguntas y dudas. Apareció el libro “Las enseñanzas de don Juan”. Carlos Castaneda un antropólogo amante del arte. También estudio psicología y es ahora cuando veo el conductismo y la filosofía aplicadas en unos “haceres chamánicos”.  

Al ser un gran éxito de ventas (El libro es la tesis doctoral de Carlos Castaneda). Siguieron 6 más creo. Existe mucha información en internet para que hable aquí de esta obra en esos términos. Yo prefiero exponer mi propio análisis basado en el criterio que me proporciona haber sido un seguidor y practicante. Por eso expongo que leído sin pasión. Cosa difícil porque además es poesía. Uno llega a vislumbrar técnicas psicológicas dotadas de filosofía oriental y otras. Castaneda proporciona las herramientas para moverse en ambos mundos. Entre el mundo ideal, utópico, maravilloso y terrorífico también. Y el mundo cotidiano. Es una religión casi.  

Recomiendo encarecidamente su lectura. Quien lo desee puede pedirme los libros vía PDF.  

  

Volvamos a los jóvenes.   

     Me aterra ver en la callecita cerca de la riera de casa, jeringas en el suelo. No son muchas ni cada día.              Pero están ahí tiradas. Como ha cambiado todo. Hoy en día apenas existen adictos marginales. Gracias a la metadona, buprenorfina y heroína terapéuticas.  Puedo afirmar ya que lo he probado en 3 ocasiones, que es fentanilo con algo de heroína y cafeína. Encima ni siquiera experimentan el flash de la heroína. Parece que la moda de EEUU está llegando a Europa. Por eso se prohibió la venta de codeína. Ahora se vende la Vicodina que es codeína sintética y mucho más cara. No es más cara, se vende mucho más cara.   

Yo quise probar la droga antes de por rebeldía, por conocimiento. Antes de decidirme leí todo aquello que pude encontrar. Me entere del movimiento anti-squiatrico. Empecé a leer a Freud y Fromm.   

Un día aparecieron los ácidos. Por fin el LSD o sus variantes. No sabias que tomabas si era nuevo, hasta sentir sus efectos. Así aprendí a dosificar y tener el tiempo en cuenta como variable. Y en verdad me ayudo a transformarme. Pero me sirvió porque ya partía de una base. Y tenía una guía que era los libros de Castaneda y mis expectativas.   

Estos jóvenes solo quieren “pertenecer” a una tribu o panda, o moda. Nosotros nos drogábamos los fines de semana, estudiábamos y todos trabajábamos. También éramos “rebeldes” jajajaja.  

Pero no tirábamos una jeringa en la calle. Y siempre le rompíamos la aguja.   

Tampoco conozco mucho a la juventud para juzgar, porque siempre ha habido y habrá de todo. Y siempre es igual desde antes de Platón, y seguirá siendo.   

Me pasa por la cabeza y pienso en esta cuestión.  

El cuerpo envejece y la mente se supone también. Sin embargo, uno se siente igual que cuando tenía 20 años. Excepto que ahora ya te duele todo. A partir de los 60 años los opiáceos/opioides son una gran ayuda para tener un mejor nivel de vida. Este tema lo desarrollare en otra parida que escriba.  

Otra cuestión es que la mayor parte del hachís que se vende, es de origen español. Esta cultivado y elaborado en España 100%. Se nota por su sabor y olor.  El estado debería regular ya claramente como se hace ya en California EEUU y el resto de estados que han aprobado su uso medicinal y recreativo. España sería una potencia en Cannabis. Los laboratorios alemanes y estadounidenses nos comprarían toda la producción. Parece que Europa espera que su amo le de permiso para ello. Es paradójico que en España puedas comprar marihuana y hachís de forma legal en los establecimientos para ello. Pero no esté clara la regulación, por ejemplo, la procedencia de las plantas.  

Todo está cambiando y de esto quiero hablar un día. De hacia dónde deberíamos ir. Y si ¿nos dirigen en la sombra?  


Abufalia 28-04-2021  


By Ángel navarro batista (C)





lunes, 18 de julio de 2016

La fiesta de cumpleaños.



Las notas musicales revoloteaban ahora, planeando por la percepción y la conciencia
o se hacían grandes y sugerentes al movimiento, siempre volando y seduciendo voluptuosamente.
Dentro del pecho y jugando con los oídos, en los pies y las caderas.
Se palpaban las ondas y se sentía su presencia, conectando el estomago directamente con aquellos seres vibrantes.
Podía fundirme con ellos y flotar y ondular y vibrar; Fuera del tiempo y lo cotidiano.
O cuando se volvían poco rítmicos, mas melodiosos, melosos que te rodeaban, de muchos tamaños y colores, siempre moviéndose juntos sin tocarse, como bandada de pájaros en el cielo.
En ese momento te elevas y vuelas con ellos, sin poder evitar el remolino que te arrastra.
Las emociones se suceden cuando tocan tu barriga, ellos mandan imponiendo su realidad y sintonizando tu percepción con ella.
El toque lisérgico magnificaba la experiencia y permitía conectar con aquellos duendes juguetones
alegres, tristes, melancólicos, plenos, felices, radiantes…
De pronto se cayeron todos, el Réquiem de Mozart había terminado.

Ya se marchaba todo el mundo a recorrer sus senderos, cuando sentí la imperiosa necesidad de andar por la playa, estar en contacto con la arena y escuchar el rumor del mar.
Me movía en una densidad elástica, comprendí porque el Universo se estiró en el mal llamado Bing Bang y sigue haciéndolo.
Esperé en un semáforo que el rojo destellante pasase a verde, me alegró su existencia, era bueno tener semáforos, los semáforos te asientan en el ahora inmediato.
Ya en la playa me quité los zapatos y me dirigí a la inquietante inmensidad del mar, soplaba suave brisa que mecía su superficie como lo harían los duendes de la música, que habían tomado vida durante el paso de un tren.
Recuerdo los pies hundiéndose en la arena para mas tarde darte cuenta del paso del tiempo, un tiempo gomoso y también elástico como una goma, la impresión que sentí al ser consciente que el agua borraba aquellas huellas, la inmediatez de la muerte se presentó a mi conciencia.
Me quede parado, morir es perder la conciencia, perder la percepción, dejar de ser.
Pero había tal cantidad estímulos que empujaron ese pensamiento y estado de animo, lo desplazaron
poco a poco, no era el momento, solo importaba eso, “el momento”.
Es posible que ese pensamiento lo generó mucho antes, la visión de un cielo nocturno con tan pocas estrellas, el recuerdo del cielo de otras épocas plagado de estrellas, con noches cerradas y paseos abiertos a la fantasía entre los pinos y la lluvia.
Nostalgia siento hoy por esa belleza velada que no pueden sentir los jóvenes, sin un mundo hermoso que darles, heredando siempre los mismos destinos.
También el ser mi cumpleaños pudo impresionar el sentimiento de la muerte.
Sera un gran acontecimiento sin duda. Apagarse o bien disolverse en la esencia de todo.
Tal vez fue el regalo de cumpleaños de la vida.






La música de mi amigo.

  Denominar sólo música es quedar corto. Es una obra filosofica/psicologica y más cosas que iré descubriendo, recordando. Tengo el placer de...