Relato rescatado de la web Enfemenino.com
Tenia prisa, pero se tomo su tiempo, se duchó se arreglo cogió su mochila y subió al metro.
A su lado un hombre extraño. se dio cuenta que la miraba.
El trayecto era largo y las paradas se sucedían lentamente una tras otra....
Le miró y sus ojos se encontraron. Algo ocurrió en su interior, se sintió admirada y sus ojos se encendieron de curiosidad y llenaron de vida.
Las estaciones continuaron su camino, la adrenalina corría por sus cuerpos.
Ella le lanzó una mirada puramente femenina y luminosa.
El parecía ahora nervioso, ella también.
El tiempo se congeló unos instantes y estalló.
Todo el universo gritaba para que se produjera la magia del contacto.
Las gentes del metro, absortas en sus teclados, no escuchaban aquella llamada, aquella música que empezaba a orquestarse.
Se tocaba el pelo nerviosamente y esperaba de nuevo la mirada complaciente e interesada del hombre.
Ahora se dio cuenta de su cercanía y le pareció ver una luz en sus ojos al volver a cruzarse sus miradas.
La música de la vida estaba sonando fuerte.
De repente su parada.
El metro se detiene y se agacha a recoger su mochila, puede ver como la mira interesado, pero ya las puertas se abren.
La música se detiene y el metro retorna su trayecto..
Estaban hechos el uno para el otro y no se conocieron.
La música se fue apagando, mientras se dirigía a la salida se sentía mejor
y al mismo tiempo decepcionada.
El hombre la miró salir y suspiró.
(C) Ángel (publicado en la web En femenino ) 2014
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