miércoles, 17 de octubre de 2018

De nuevo con los sueños cromáticos

De nuevo con los sueños cromáticos aparentemente alejados de lo cotidiano. En ocasiones al soñar uno es consciente de ocupar un espacio poco explorado, o percibir una perspectiva tan plena, que aparca hábitos cotidianos de percepción dejando a estos “espacios” y “tiempos” del pensamiento sobre-impresionarse de factores fugaces en lo cotidiano., pero que se tornan lo suficientemente estáticos en esas recreaciones oníricas tan evidentes en su representación. Como difíciles de asumir separadas de lo cotidiano, por mas absurdas que sean. Como lo es un pez persiguiendo a un gato.
Su propia manifestación tan colorida o de formas geométricas imposibles en estado de vigilia, deberían disparar en el soñador mecanismos de alerta sobre la posibilidad percibida como relato cotidiano.
Sin embargo no siempre nos lleva a considerar lo experimentado como ilusorio. Podemos ver con lentitud suficiente, el paso de un color a otro. La transformación de un rostro conocido en otro rostro, en cualquier cosa con total normalidad y aceptación.
Esta noche uno de estos sueños me ha cautivado el espíritu. Sin embargo por mas que lo deseo soy incapaz de ir mas allá de ¿La memoria?.
Recuerdo estar en algún lugar rodeado de personajes que evolucionan en sus manifestaciones volviéndose estas cada vez mas incomprensibles.
Le preguntaba a uno de estos digamos sujetos que significaban esos cambios. Lo miraba de frente y de repente se encuentra de perfil y veo que tiene 3 piernas, una de ellas de color azul. Debo admitir que era consciente de ver algo truculento.
Me contesta que algo en mi conoce y no siente la necesidad de explicar, le gusta el tránsito y la sorpresa. Es un truco pero no conoces si lo hago yo. Ya te asaltan las dudas que carecen de fundamentos sólidos para explicarse.
Me encuentro en una habitación mas bien obscura, pero para nada sombría. Me acompaña una chica
a la que siento como lo único real. Creo recordar que tampoco ella sabe donde esta ni porqué.
A nuestro alrededor desfilan simpáticos animales de vivos colores. Y aparecen mas sujetos desconocidos. Se me acercan algunos de ellos y siento cierta inquietud.
Se supone que todo esto lo he aprobado conscientemente en algún momento, pero no estoy muy seguro ahora de haber tomado la decisión correcta.
Intento abrir una puerta recién aparecida a mi lado. El pomo es de metal y parece frio al tacto.
La chica me convence de cerrar la puerta. ¿No recuerdas?, tu aprobaste todo esto
Soñar es a veces como aparecer en un cuadro y ser capaz de deslizarte por el. Espacios planos o profundos parecen converger. El soñador mismo debe ser percibido por cualquier observador como un calidoscopio de colores. Colores ya dados en la tela del cuadro. Un fugaz o persistente objeto que va de un lado a otro. Como el reflejo creado entre el cuadro pintado. Entre la obra de arte y el cristal. Y la perspectiva de quien mira y su propia atención. Unos pocos fotones impersonales sin fundamento arrancaran o realzaran colores.
Incluso puede estallar el cristal cambiando todo el concepto de la obra protegida, pero tan solo durante un instante.
Yo aprobé todo esto, y ni tan siquiera soy capaz de preguntarme en que momento lo hice. Tampoco donde estaba o que cosa era.
Mi deseo era poder escribir sobre el relato del sueño. Al despertar uno se cree con el poder de manejar los recuerdos. Incluso cree haber aprendido algún arcano conocimiento.
Pero al intentar poner por escrito tanto símbolo.
Te preguntas si no es ahora cuando estas dormido.

(c) Abufalia 2018

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