Dice Don Juan.
-Un guerrero reconoce su dolor pero no se entrega a él -dijo don Juan-. Por eso el sentimiento de un guerrero que entra en lo desconocido no es de tristeza; al contrario, está alegre porque se siente humilde ante su gran fortuna, confiado en la impecabilidad de su espíritu, y sobre todo, completamente al tanto de su eficiencia. La alegría del guerrero le viene de haber aceptado su destino, y de haber calculado de verdad lo que le espera.
Maestro se que bailaste tus pasos de poder. Que la muerte tuvo que esperar a verte bailar. Que ejerciste tu voluntad y te adelantaste a ella. Al último e invencible enemigo del hombre de conocimiento.
Ahora el eterno retorno. Tal vez en una flor. Quien sabe. Vuela alto.
Abufalia
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