lunes, 30 de octubre de 2017

Es un lugar tan extraño el mundo, o tal vez debo decir la realidad.











La noche pugna con la Luna para recorrer la superficie ganada al planeta; ahora suya por la ausencia del sol, pero difuminándose un poco entre los brillos tenues de los cabellos de la luna. Se desplaza con sigilo entre las bajas plantas, espinosas unas y tersas como la yerba verde y fresca otras. Un enorme jabalí cruza a toda velocidad el anfiteatro moderno, con sus bancos de madera carcomida por la humedad, rodeados de césped y bosques. Formando un semicírculo que abraza un escenario, donde se ejecutan piezas musicales por los más variados artistas, estilos y performances. Rápidamente se pude percibir una corredera de 5 pequeños y veloces jabatos; flanqueados por la madre o padre jabalí y un potente rugido.  La familia ha pasado a menos de 20 metros de mí. Noto el corazón acelerado al recordar el tamaño del animal. La rata debe ocupar hace rato, el lugar más alejado en el agujero donde olisquea el aire.

Una suave brisa va surgiendo del este hacia el sur, trae frescor y olores de mil fragancias.  El espíritu del este me llama. Me sacude a veces con inusitada fuerza, como mostrándome una dirección. Los cuatro vientos olvidados. ¿Desean confundirme o ya estoy confundido? En ocasiones me siento como si casi fuera otra vez. Pero es solo eso, un sentimiento fugaz. Hay que buscar el estado donde se es dejando de ser.

La marcha ha debido ser rápida o los pensamientos absorbentes. Ya me encuentro en la parte más elevada de este pequeño monte. Antes podía verse la playa desde la cima, según me informaron unos simpáticos abuelos. Ahora ya no se puede ver por qué los árboles que bordean el horizonte de la playa han crecido mucho.

Pájaros que no he podido todavía identificar embellecen las mañanas y ciertas horas. Ahora dormidos para ceder el espacio a otros viejos moradores. Incluso el cielo se ha lavado la cara y cientos de estrellas brillan en su piel.

Como tantas otras veces tan solo tuvo que caminar y detenerse para recoger aquello pedido. Es un lugar tan extraño el mundo, o tal vez debo decir la realidad.





           Ángel navarro batista © Abufalia 30/10/2017




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar

La música de mi amigo.

  Denominar sólo música es quedar corto. Es una obra filosofica/psicologica y más cosas que iré descubriendo, recordando. Tengo el placer de...