Día 24 de este més. Me decidí a i´r a Viladecans a comprar un par de ratas. El camino lo hago andando por la carretera. Arribar a Viladecans ha sido caminar entre melodías. Por el camino notas las diferentes frecuencias que azotan los barrios, los distritos y calles. Con sus establecimientos abiertos esparciendo su deseo de consumír. Que tampoco importa consumír, importa qué y porqué se realizan estos actos, involuntarios muchos. Un picor inoportuno. En Mo se me enseño qué significa. En Gavà está siendo una clase práctica de psicología aplicada. Vivír la experiencia de la disociación en própia persona. Tal como deben hacer los psicoanalista. Es una especie de Auto psicoanalisis. Aunque yo ya me lo realice muy joven.
Mientras intento jugar si estoy muy aburrido y si hago algo, me olvido del tema.
Sintetizemos.
Un grupo de seres te presentan un escenario y te lo venden como si fuera lo real. Y se acercan estos más al concepto de realidad de lo que podemos creer. Por esto es tan dificíl arriesgarse a tomar por cierto lo que nos presentan a los ojos. recuerdos recuerdos...
Personalmente lo tomo como una forma nueva de enfrentar la realidad, descubrir la verdadera consciencia. Qué papel juego en este guión no lo sé. De esta manera el mundo, la realidad, incluso el mismo concepto de vida toma una dimensión oculta, a los ojos que miran y no ven; oyen pero no escuchan.
Me hablaban del peligro de los antenas de 5G. Que si ondas de calor, que si no se qué. Y ahora soy consciente del uso alternativo de esta tecnologia. Los telépatas pueden conectarse a esta red y usarla en su beneficio. Pueden usar ordenadores y I.A. para lanzar sus subliminales mensajes a las ondas, a las calles, a todo aquello conectado a la red su debilidad el sonido. Eso creo. He llegado a esta conclusión tras analizar detalladamente este proceso.
Cruzo la carretera para arribar hasta la biblioteca. Atrás queda el mercado. Recordar martes la feria. Alguien que me recuerda a los muñecos esos que se manejan con cuerdas me reclama atención. Se dirije a mí y me dice que desea hablarme. Sin embargo es mudo. Histrionico en exceso, gestual y nervioso. Sus ojos enrojecidos, parece haber bebido en exceso. Sus manos son como los pistones de un autobús, subiendo y bajando, reclamando mi atencion ordinaría. Le miro fijamente a sus ojos de color marron, vacios, sin vida mientras freneticamente gesticula y su cuerpo bambolea como serpiente. Desconozco la reacción de los sordos a las ondas de esas frecuencias citadas. Sin embargo la vista es otro elemento relacionado, como dije hablando de NeuroMarketing y Mkultras. Una base es el condicionamiento. Quienes me leeis conoceis perfectamente de que hablo.
Por el camino pienso sobre el encuentro, qué habrá implicado comunicarme con él. Una parte de mi mente se encuentra en puro Zen, dejo trabajar a esta mientras ella extrae recuerdos esparcidos por el tiempo, sea eso lo que sea, que soy yo también. Conclusión, de nuevo es el miedo. Ese personaje desafiando lo que se denomina espacio personal, intentaba romper mi equilibrio interior. Noté extrañado mi corazón, ese organo diseñado para ponernos a prueba. Para ponernos nosotros mismos a prueba. Cómo vibraba con cierto dolor. Se marchó tras comunicarme.
Por el camino buscando tema para relatos, pensaba cómo sería esta lucha entre telepatas. Hasta ahora habia considerado la telepatía algo maguferil. Sin embargo en la actualidad me encuentro reconsiderando este sentido. Ya hablé de ello con los Neandertales en otra entrada del blog.
Por fín llego a la tienda de las ratas. Se encuentra cerrado. Entro a preguntar la hora en un Consum. Una bellisima chica me atiende. Me atrae su naturalidad, y ella también se da cuenta que no uso el dialecto ajeno. Se sorprende. La cosa debe estar mal relativamente. Pregunto si la tienda se encuentra funcionando nuevamente, o si cambió de dueño. Me dice que si. Puedo recordarla, sus ojos negros, intensos, llenos de vida.
Ha merecido la pena el andar tanto. Ahora tengo dos seres amigos que jamás me van a defraudar ni tomarme el pelo. Tal y como hace la gente esa de caritas, que se creen tratar al populacho, sin saber tanto como creen saber.
Y esta ha sido una reflexión más sobre la vida y la libertad.
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