martes, 21 de marzo de 2023

Antes de ir a la cama

 



Mis árboles vestidos de flores exudan aromas de extasis. La noche se vierte sobre los bosques de Gavà oscureciendo el ambiente. Las farolas se encienden, las ventanas se van llenando de luz.  En dos horas cerraran los comercios, el ruido de las persianas al bajar, los últimos clientes con su bolsa en la mano, las buenas noches. 

La música llena la estancia de ondas, la mente viaja a los mundos propuestos al oyente. El tiempo parece detenerse, acelerarse y estallar en tu consciencia al volver a tu mundo un segundo, para volver a elevarte y hacerte girar, de nuevo caer...

Todavía las hojas van amontonandose en graciosas dunas a lo largo de las aceras y sobre los coches largamente estacionados, ociosos. 

En las últimas horas de la tarde y sobre las 7h el vuelo de las gaviotas se convierte en un espectaculo de luz. Según incide esta en sus alas, parecen espejos voladores.  Es algo hipnotico seguir sus evoluciones en el aire. Es el regalo añadido a unos sanos paseos. La mente continua cansada, pero con esperanza. Mi torturado cuerpo recibirá maña ayuda farmacologica. Deseo pronto volver a escribir algo más poetico, más fantasioso.

Ya mencioné lo terapeutico que es escribir sobre uno mismo. Sobre tus vivencias, tu manera de ver la existencia. Claro que para eso, debes pagar el precio de buscarte, conocerte a ti mismo para acercarse a lo real, a la verdadera libertad. Ya que incluso en el determinismo, si este existe, al ser binario siempre podremos elejir. Elejir es posible sea lo importante, saber elegir bien, de manera correcta, dirigir nuestros actos. Y en esto reconozco poseer lagunas. No tengo muy claro qué cosa me mueve a lo que me mueve. No todavía, a pesar de todo lo sentido, lo experimentado sobre la realidad. Tan solo he aprendido sobre el condicionamiento comercial, social. Incluso sobre un posible auto condicionamiento.  Experimentar las experiencias con tanta intensidad, manejar las emociones parece algo lejano y dificil. Ya apenas se distingue el contorno de los árboles más alejados, un frescor un tanto húmedo se va pegando a las hojas, a las aves.

Mañana pués sí será un día especial, de retorno a promesas de mejoría, de los inevitables recuerdos ahora presentes. De volver a sentir unos minutos, algún día, algunos días...

Esperar el autobús en su parada al lado de la carretera recien arreglada, con sus aparcamientos, sus carriles. Las personas esperando, mirando su movil, calladas, impacientes. Mirando en dirección contraria a su ida, esperando ver aparecer el artefacto con su número en la parte superior, debilmente iluminado en verde claro, tirando a amarillo. La puerta se abre derramando su olor a acre. A electronica y a personas. El asiento delantero posiblemente esté vacio. Me sentaré en él a observar el desarrollo del camino por la ventana del bus, como fotogramas pasando rápidos en ocasiones y deteniendose en las otras. O pasando en sucesión inarmonica, mientras salta el autobús sobre el firme dañado. Cosa extraña, o bien sobre esos aparatos para que reduzcan su velocidad los vehiculos, produciendo ese desagradable ruido, TAP, TAP.

Una ambulancia nos adelantará en su ida rápida, en su misión de salvar, de preservar vidas. Su ulular se convierte en una onda que se alarga entre las calles, los caminos, sobre las personas. Alguna persona dormitará sobre el asiento, sacudiendose su cuerpo con el movimiento hipnotico de la marcha y sus inevitables paradas. A destacar el ruido del motor, algún autobus traquetea al rodar, transmitiendo su gemido metalico al ambiente, asi como esos humos tan desagradables a gasolina medio quemada.

Que la nueva luz me guie y me ayude a mejorar.


21/03/2023

   Abufalia

Ángel navarro batista


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