domingo, 19 de marzo de 2023

Domingo de Marzo. Mañana

 Dos cafés, ya puedo levantar la persiana. Un cielo azul preñado de nubes blanquecinas me saluda. Noche de sueños y cierto descanso al despertar. Suena Haydn la sinfonia 86. Juego un rato con las ratas, son tan suaves, tan llenas de vida, tan divertidas.

Una semana ha pasado y ahora me duelen los hombros, el cuello, los ojos..., el paracetamol no me hace apenas nada. Los brazos también me duelen. Sin embargo, como comenté, la luz de Abril está ya tomando su lugar; invitando a sentir su calor. Escucho su llamada entre las volutas de humo y otro café con leche. Siento ya ganas de salir a la calle, andar por las calles, mirando. Volver y pasear por el bosque hasta llegar al Mercadona para regresar por la parte superior del bosque hasta llegar a mi estudio. Existe en cierto punto del camino un tocón de árbol muy amplio, muy ancho. Rodeado de rocas blancas donde el musgo ha logrado incrustarse en su base. Parece un altar Celta Druida. Donde han depositado unas ramas y unas piedras, dispuestas de manera muy organizada. Como si de un ritual se tratara, recuerdos de un tiempo mágico, de espiritus y creencias.

Otras personas que pasan cada día por este lugar, ni tan siquiera lo veran, o si lo ven, será para ellos nada, parte del paisaje, unas ramas si acaso sobre un tocón antiguo. Esta imaginación que te permite ver tantas cosas, ¿será bueno?. 


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