jueves, 4 de agosto de 2022

Salir de Mollet a Granollers.

 






Coca cola con naranja, azúcar hielo y vino. No recordé sacar pan, así mojo pan seco. Me olvido de comer cuando el ansia de escribir, tras pensar en un tema largamente apremia para no ser olvidado. Finalmente optaré por llevar encima una pequeña libreta, para apuntar las ideas que, al largo del día, van apareciendo. Muchas se han perdido por no apuntarlas, pero suelen ser recurrentes al tener su base en lo cotidiano, lo inmediato. Muchas veces recuerdo la ocasión en que me marché de Mollet del Valles. Llevaba ya unos 5 años o 7 años en mi casa alquilada. Llevaba 33 años. Me refiero desde que murieron mis padres, casi uno tras otro, 13 días. En este tiempo me dediqué a cultivar marihuana en mi casa, planta baja. Tendría unas 80 hembras de todo tipo. Cada año el helicóptero de la policía nacional me sobrevolaba, pero nunca tuve problemas. Ya me conocían de toda la vida. Lo cierto es que los municipales me conocían todos, sabían que yo no me metía en malos rollos. Podría contar alguna anécdota simpática con ellos. Ayudándonos a mí y un amigo, en unas circunstancias digamos extrañas. Otro día. Vendía un poco, tendría unos kilos. Hacia hachís. Toda mi clientela eran mujeres. Una de ellas estudiaba policía y otra militar. El dia que me lo dijeron no me lo creí, y me demostraron que sí. Más tarde todo esto movió la curiosidad, entre otras cosas de mi vecina Olga (En paz descanse). Y a veces me traían pastas o pasteles y cosas así. Y merendar café con leche pastas y porros. Y la conversación una hora, media hora, dos horas. ¿Serán ya policías y militar? Lo que no recuerdo es cómo llegaron a comprarme, a conocerme. Imagino alguna amiga, Carmen. Isa, es verdad Isa está viva, está en Mollet. Si me alegré un montón hace unos dos meses un amigo de Mollet lo confirmo. Espero hablar con ella muy pronto, sé que es mama y sigue igual de joven. En aquella época y ya siempre, me di cuenta que estaba más a gusto con mujeres que con hombres. No por sexo, Sino porque con ellas podía hablar temas de manera más cómoda. En aquella época ya había superado la timidez enfermiza. Había sido activista sindical por CCOO. Me había metido en una Masiá donde terminé en una orgia sin apenas enterarme. La Masía Can Ros de entre Mollet y Parets del Valles. Aquí se metieron los hippies, yo ya no lo era, ejejeje. Estaba en uno de los pisos con una chica que decía que era bruja. Fumando y bebiendo. Llego mi amigo con anfetamina espeed y todos a esnifar. Calor y más calor. Pelo por aquí y por allí, manos y piernas, y más rayas. El pelo erizado, eléctrico, de punta, la piel de gallina y el sexo escondido. Una excitación voluptuosa por todo el cuerpo. El sexo dormido pero activo, encogido y latiendo. La empatía de la anfetamina, hablar por los codos, acariciar. Para que seguir. Tras 20 horas el cuerpo se cae completamente agotado. La anfetamina libera absolutamente todo neuro transmisor almacenado. La bajada dura dos días o tres. Es horrible. La cocaína es mejor, aunque dure menos el efecto. Lo curioso es que me vi envuelto sin enterarme. Me enteré cuando me quitaban un zapato, y me di cuenta que estaba borracho.  


Olga la vecina cruzando la calle hacia arriba, vivía en el ático. Tenía creía 3 hijas, Dos de ellas de 19, 22, y una de 7 años o así. Muchas veces coincidimos a partir de junio. Yo no tenía agua y cogía garrafas en la fuente, para la marihuana. Un día llamó a la puerta de casa. Me conto su historia, que se separaba del marido. Yo sabía que ella había estado con otra chica.  

  Viviendo juntas como pareja. En la misma calle unas casas más arriba. Era una extraña chica que solo hablaba conmigo, porque yo conocía a una amiga suya que venía a mi casa a comprar maría, tenía un perrito y como vivía sola la gente se burlaba de ella. De mi edad unos 40 años. Nunca le pregunté directamente a Olga, sí que le dije que conocía a su amiga, y me hablo un día de ella, nunca más dijo nada. Me dijo que era bisexual. Era morena y de baja estatura, delgada pero fuerte, el pelo muy largo, negro y cuidado, unos ojos marrones oscuros profundos, fríos. Olga fue muy descarada y directa. Estuve 3 semanas o casi un mes con ella. Me marché de Mollet un día con una maleta con ropa y el ordenador desmontado. Andaba sin rumbo por un camino de campo, dirección Gallecs creo. Para un coche a mi derecha. Era mi amigo Toni. Le explico que hago por allí, y me lleva a Granollers a una pensión muy barata. De estar buscando dirección a encontrarla. Era lo que deseaba, no sabía qué hacer. Solo sabía que debía irme de la casa, de Mollet. Estaba estancado sin avanzar, no hacía nada y por eso me puse en la calle, contra la espada y la pared, esto funciona siempre, aunque es doloroso. Y así resultó ser, desembocando en nuevas situaciones sociales extremas. Nuevos trabajos y el mayor error de mi vida. 

Continuará 

04/08/2022 

Abufalia © 

Ángel Navarro Batista © 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar

La música de mi amigo.

  Denominar sólo música es quedar corto. Es una obra filosofica/psicologica y más cosas que iré descubriendo, recordando. Tengo el placer de...